martes, 14 de octubre de 2008

Perfumes que cuentan historias


Se dice que más allá de sus notas de entrada y de salida, de sus nombres que invitan a soñar o de las fórmulas secretas que componen las "narices" que los crean, los perfumes encierran historias. Un perfume será atractivo por su propia seducción natural. Para conseguir la nota de clásico, deberá evocar las esencias de tu vida. Ese tránsito, esa evolución hasta el jugo final que encierra niñez, pretérito y nostalgia es lo que en Francia se denomina Madeleine de Proust, ese gusto que te deja en el paladar el pastel que te metes en la boca cuando eres todavía un enfant terrible y que luego recuerdas toda la vida. Todo en ellos adolece de una carga desproporcionada de sutilidad.

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