martes, 27 de enero de 2009

Lamento interrumpido

Hoy la soledad se puede amasar entre los dedos,
nos la podemos embarrar en el rostro
con la más dulce de las desidias
y la corrupta sensualidad del superviviente.

Hoy se nos permite llorar con la solemnidad en la ciudad
deshuesada
y burlarnos con vanidad de su funcionalidad hueca.
Se nos permite ser menos hombres,
relajar la postura, desperezarnos,
pintarnos el cuerpo de colores y otras batallas
y dejarnos caer
al ritmo de día nórdico.

Se nos permite ser animales,
y agonizar esperanzados
con el gesto apagado
del que ha visto mucho.

Diego Godé "Ayuda espiritual urgente"

martes, 20 de enero de 2009

Another World, by Antony

11 de Mayo, Madrid

IV. Con el ser amado (pág.114)



Hasta hace pocos días que comencé de nuevo a preparar con cierta ilusión una antigua oposición (los funcionarios nunca dejamos de estudiar del todo), estuve simultaneando la lectura de tres libros. Uno de ellos el ensayo que Pierre Bayard dedica a ese hecho tan cotidiando y tan inalcanzable como es el de la lectura. Dos palabras en mi caso: necesario y reconciliador. Os dejo este pasaje correspondiente al cuarto capítulo:

...¿Es acaso posible concebir que dos seres estén tan próximos que sus libros interiores lleguen, al menos durante un tiempo, a coincidir?. Resulta banal decir que nuestas relaciones sentimentales están marcadas por los libros, incluso desde nuestra más temprana infancia. De entrada, lo están por la influencia que los personajes de las novelas ejercen sobre nuestras elecciones amorosas, PUES TRAZAN IDEALES INACCESIBLES (Touché!!, Pierre cabrón!) con los que intentamos, sin lograrlo casi nunca, doblegar a los demás. Pero, de un modo más sutil, los libros amados designan el conjunto de un universo que habitamos en secreto y en el cual desearíamos que el otro pudiera ocupar un lugar a título de personaje...

lunes, 5 de enero de 2009

My Blueberry Nights

Catorce noches agolpadas en la trastienda de un tiempo agotado en su compromiso, como si de una parada técnica en una de esas fábricas de extrarradio se tratase. Tú, el animal rabioso que espera y desespera, que otorgará su golpe certero a la presa en el momento preciso frente a su primavera creciente. En medio de este desierto de personajes que ni están ya, ni se les espera, preparo mi asalto con los pocos que no desfallecen hacia estancias más altas en busca flores agrestes. “Lo bueno, para los buenos”. En medio de esta estepa, una película, un crepúsculo bañando días y noches con su estela de arándano. My Blueberry Nights va más allá de la ruptura, de los propios recuerdos o sus sueños anexos. Conmovido desde primer segundo de metraje por un color y una estética de tonos suaves, sumido en un atardecer sin final, deambulé junto a Elizabeth y Jeremy en esa exploración de los abismos que son la soledad y el vacío.
Un viaje entendido como una exploración mayor de ellos mismos.