sábado, 26 de abril de 2008

Asfixia



No es ni mucho menos la primera vez que ocurre. Después de un largo periodo de lucha en la trinchera, regresas al hogar materno para convertirte por apenas cuarenta y ocho horas en un habitante más de la Tierra Verde (un terruño y su inexorable remanso de paz que en los últimos días se tornaba lejano, inalcanzable). Madrid es más que nunca en estos días material inflamable, no apto para manipulaciones negligentes. Y Santander, su bahía, sus lentos paseos, los grandes amigos, son la manta que abriga el desequilibrio, la vigilia de la duda. Pero cada vez que llego se me hace muy duro el aterrizaje, como si producto del peso y la carga un tanto descompensada la máquina oscilase en un vaivén equívoco y por qué no un tanto iracundo. El jardín, mi madre, el café imperturbable junto a mis plantas y mis gatos, un cuento de Nabokov, y de repente todo parece quemar en las manos fruto de la presteza del momento, consciente de que ciertos placeres tan sólo durarán un brevísimo lapso de tiempo y que hay un tren con destino a Magerit que aguarda mi paso dubitativo. Y todo y todos volverán a quedar una vez más atrás, porque tu batalla se libra en otras coordenadas, en una ínsula voraz de almas inquietas.
Justo ahí, en ese segundo, la respiración se acorta, y la angustia de no abarcar el conjunto invade los tejidos.


miércoles, 23 de abril de 2008

First Aid Kit -Still on Fire-

¡Abramos el botiquín!

.....Mostremos parte de su potencial, ¿no deseamos acaso un pronto restablecimiento?

Introducción -La Fuerza del Metal-

Deseo, voluntad ...

aspiración,


empeño envenenado.




Un ánimo, una idea, o quizá un plan engalanado de aspid para la ocasión. La calidad y la estética del lenguaje honesto, de la palabra comprometida. Habitar por un instante ese país llamado República de la Conciencia y desabastecer la tensión y la opacidad que genera el enemigo, la respiración del miedo, la incertidumbre frente al tránsito de calles lóbregas y futuros no escritos.

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FirstAIDkit nace en un tiempo abúlico, árido, en el cual el autor se plantea su verdadera identidad frente a la piel de una ciudad feroz que le engulle en su arritmia de rostros y cuerpos lejanos. Escalpelos, bisturíes y lancetas tratarán de rescatar en una intervención de urgencia lo sano de un organismo colapsado en su periplo hacia paraísos compuestos por sueños de niebla.

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Veamos y asistamos pues con cierto recelo al resultado de la intervención. Se encontrarán remaches, trozos de vida fugaz, amores atornillados al pecho, viajes en forma de tirafondo, crepúsculos cilíndricos, puyas cubiertas de abandono y desengaño, arandelas artísticas, roscas de sexo y diagramas que explican una pérdida. Habrá que revolver, intentar unir, cuadrar ciertos ángulos, buscar la forma exacta a la estructura. Es lo que denomino "La Maqueta del Naufragio".


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