domingo, 21 de febrero de 2010

A5

Hace tiempo que mido la vida a corto plazo, a sabiendas de que precisamente son los pequeños azares del destino los que en más de una ocasión marcarán el verdadero itinerario por el que ésta finalmente discurrirá. Pocas cosas esperaba de esta última etapa de sacrificio y estudio. Más que una aspiración hacia las altas esferas de una organización a la que por otros caminos y méritos creo haber llegado ya, tenía una especie de imagen onírica grabada en mi mente como un suceso más que posible.
Yo lo único que deseaba era verme solo, en mi Audi A5 negro coupé, conduciendo por una carretera secundaria rumbo a Ávila con velocidad voluntariamente limitada. El paisaje a ambos lados estaría nevado y una canción se repitiría una y otra vez hasta llegar a mi destino. La elegida sería este cover de Kristofer Aström, que me lleva una y otra vez a terrenos de los que nunca quise marcharme del todo.
Ciertos anhelos habrán de aplazarse por el momento, o transformarse quizás.