sábado, 4 de octubre de 2008

Noruega, algún día...

Fue aterrizar y acribillarme de inmediato una ráfaga de pretérito y bienestar. El otoño se hizo presente nada más dar los primeros pasos alrededor del centro histórico de Oslo. Una naturaleza sublime y excelsa recogía las primeras miradas, en mi caso atónita y sin embargo entregada al espectáculo. Hay algo en estos países que me conecta al instante con ese "Yo" más inconsciente, un baúl que encierra en ocasiones verdades inconfesables. Deambular sin prisa y sin rumbo cierto por ese pueblo llamado Drobak era premiar a tus sentidos más agudos. ¡Qué gran país!¡qué rostros vieron mis ojos!, que diría el poeta. De las copas canallas a dieciseis euros (granizados de cocacola), del Masawa y de un país llamado Nigeria, de un tal circo mecánico así como de los tés que se combinan con cervezas en paradas obligadas
que os hablen mis buenos acompañantes.
Yo me debo sólo a terrenos oníricos y a ciertos futuros imaginados en la calle Gyldenloves.
Gracias por la oportunidad Sergi. Mange takk.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

(Casi) cada vez que vuelvo de un viaje tengo una especie de costumbre, necesidad o lo que sea que consiste en llamar a mi mejor amigo y decirle que me quiero ir a vivir al país del que acabo de llegar... Se repite casi con todos los destinos (europeos)... él se ríe y me dice qué yo sería feliz viviendo tres meses en cada sitio... No sé si va por ahí... Los lugares qué me encandilan tienden a tener en común una atmósfera parecida... Algo fácil de entender y de percibir pero difícil de explicar, al menos hoy por la mañana!!

A.S. Olivier dijo...

Llegará ese ansiado día, en el que en vez de descolgar el teléfono y vaciar nuestras emociones más recientes con los amigos del alma, tramitemos a través de la red un nuevo billete de avión (esta vez sólo de ida) y gastemos nuestras primeras energías en hacer acopio de nuestras más preciadas prendas.
¡buahhhh, tiene que ser un subidón tomar una decisión así!

Anónimo dijo...

Un viaje, un sentimiento, un sueño……, todo se funde de manera casi perfecta en cuatro días intensos y, bajo mi punto de vista, bien aprovechados.
El momento de la despedida fue duro (más para unos que para otros), seguramente y Olivier estará conforme, sonó más a un “hasta pronto”.
Bergen, Noruega en una cáscara de nuez y un sin fin de descubrimientos (tipo Drobak) nos esperan en un futuro tal vez no muy lejano.
Cuando regreses y te instales, espero tener reservada una habitación en una de las casitas blancas que poblaban las laderas de la bonitas montañas del fiordo de Oslo, ok?.

A.S. Olivier dijo...

¡Ay, Sergi, Sergi, Sergi..!
No acerques el fuego a la materia infamable, que explotamos todos...
Tendrás habitación, bicicleta o equipo de esquí según la temporada en que me visites, y sobre todo un lugar privilegiado en ese "velero" tan anhelado. Navegaremos juntos los tres: tú, la azafata de ryanair y yo, dando buena cuenta de los manjares ibéricos que habrás acercado hasta mi morada. :)

Pd. No digas que no ¡niño!, a esa chica le debemos algo más que una bandejita de jamón por la atención prestada.

A.S. Olivier dijo...

Inflamable que no .... lo que escribí.

Anónimo dijo...

LA PASION DE DECIR
Marcela estuvo en las nieves del norte. En Oslo, una noche conoció a una mujer que canta y cuenta. Entre canción y canción, esa mujer cuenta buenas historias, y las cuenta vichando papelitos, como quien lee la suerte de soslayo.

Esa mujer de Oslo, viste una falda inmensa, toda llena de bolsillos. De los bolsillos va sacando papelitos,uno por uno, y en cada papelito hay una buena historia para contar, una historia de fundación y fundamento y en cada historia hay gente que quiere volver a vivir por arte de brujería. Y así ella va resucitando a los olvidados y a los muertos: y de las profundidades de esa falda van brotando los andares y los amares del bicho humano,que viviendo, que diciendo va.Eduardo Galeano.El libro de los abrazos.