jueves, 21 de agosto de 2008

Cuando los elefantes sueñan con la música

Durante mi periodo vacacional en Santander recibimos una visita inesperada y maravillosa, mi tío Miguel, uno de los mejores amigos de mi padre. Apenas estuvo con nosotros tres días, pero tuvimos tiempo de deshojar al menos un par de noches, y conversar de forma tranquila acerca de tiempos pretéritos y vigilias más perennes. Me confesó, que ahora que se prejubiló y se mudó a un pequeño pueblo de Extremadura, lleva una vida tranquila y conscientemente desordenada. Entre otras confidencias, me comentó que una forma de recordar a su viejo amigo y la pasión de éste por la bossa, era cenar todos los días junto a su mujer alrededor de las doce de la noche y acompañar ese ágape con las melodías brasileñas que nacen cada madrugada del programa de Radio3 “Cuando los elefantes sueñan con la música”. Me pareció un bello y sincero homenaje a la fidelidad.

No hay comentarios: