domingo, 18 de mayo de 2008

Letargo primaveral

Como a Lena en su motel, me invade el sueño en este fin de semana fabricado para el descanso y la quietud. Desnudo como ella, mi cuerpo yace en una habitación desordenada, repleta en su caos de tazas, libros y tareas pendientes. Todo parece postergado a otro tiempo próspero en apetencias y excesos vivaces.

3 comentarios:

NityaYang dijo...

Sin duda, una de las sensaciones más placenteras y cuasi terapéuticas... No me gustan los domingos, como oí en una película, pero son bellos por su anonimato.
Volveré a verte.
Besos

Anónimo dijo...

Cuidado, poeta, no te vayas a resfriar... Finde divertido y liberador, me alegro.

Tampoco me gustan los domingos, tienden a producir ansiedad y tristeza.

Éste en cambio, comenzó preparando un picnic que compartí en la playa de Somo con una preciosa meiga que siempre me hace sonreír, y en cuya mirada recupero la tranquilidad que tan fácilmente pierdo.

Ahora, curiosamente, me encuentro, como tú, tumbada en la cama (pero vestida, eh? so guarro! ;p haces bien!) con las sábanas a medio poner y otro millón de cosas mundanas qué hacer.

Quizás llame a un amigo para tomar una caña y cenar por Liencres para recuperar cierto grado de actividad sin perder la paz recién saboreada.

Un beso. Nos vemos la semana que viene, te recuerdo...

ESE dijo...

Dices tanto en tan poco. Si es que hasta mi insuperable Nityayang cae rendida a tus encantos prosaicos... Te esperamos por aquí. Con orden o desconcierto. Tú decides. Feliz semana más GPS Man.