Sentí la brevedad de la belleza impregnada en mi propio sudor. Quise abrazarte y sin embargo los brazos no alcanzaban.
Cómo se dice adiós a un lugar en el cual fuiste feliz,
alejado de la prisa feroz y las almas coléricas.
Cuántas tardes y mañanas lavé la culpa frente a la piel
de esta bahía forestal.
Qué pocos te conocen de verdad y qué bien te sienta
este verde espigado y primaveral.
En ti Madrid desaparece, la escondes y yo resurjo entonces.
El sonsonete de las ardillas, el vuelo convulso de la torcaz o el trino ternario de un mirlo ...
Hogar, refugio y recreo.
En ti Madrid desaparece,
la escondes,
y yo resurjo entonces.
Hasta siempre Casa de campo.
11 comentarios:
No digas adiós, ambos quedáis vivos para el reencuentro. Los lugares sagrados nos sobreviven, nunca desaparecen.
Un beso,
Fer.
Vaya. Me has emocionado. Me emocionan las alusiones a Madrid. No sé por qué. La adoro y, en cambio, nunca la echo de menos.
Pregunta, por qué adios?
Ah! Si te vas tendremos que conocernos antes, eh?
pzzzzzz
Compañero, te veo también en la encrucijada... suerte y no lo olvides: entre el valor y la cobardía de un paso, siempre manda el viento, siempre el viento.
Llegó el momento, sin más.
Es cuestión de dar un par de pasos.
Eso sí, esta vez "al frente".
Saludos
a
los
tres.
*a
Pues no me aclaras nada sobre el por qué adiós y a qué.
Aunque ya me han aclarado quién eres, al menos.
Seguimos compartiendo ciudad, no te preocupes
jajajajajajaj! Preocupada no estoy, te lo aseguro. Sigo esperando toparme contigo sólo por casualidad. Ya sabes que sólo creo en ellas.
Siempre mirando el mundo oculto tras el velo de la realidad, hermano. ¿Partes a algún lugar donde el olor del salitre deje de ser una dolorosa ausencia?.
Heimkehr dieses mal vielleicht?
Are u leaving us, dreaming knight? Será sólo por un tiempo, espero, necesitamos miradas atormentadas en esta ciudad clara.
Un beso.
Nadie abandona ni salta del barco...
Sólo le doy un cambio de perspectiva a la ciudad.
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