
Quizá por eso de que afuera reina por fin la diosa Luz, me han entrado fuertes deseos de reecontrarme con el azul lisérgico de la noche y sus ritmos entrelazados. Wind, Charada, Cool y sobre todo el Mondo son referentes inexcusables de la cultura "club" madrileña. A veces compensa una buena siesta y retrasar tu ocio hasta la hora que dicte el gurú de la sala elegida. Una vez allí, sólo es cuestión de dejarse atrapar por la marea de belleza y la estética impuesta. Eso sí, sin pretensiones ni aspiraciones heroicas.
Sólo la noche dictará su caprichosa sentencia.
2 comentarios:
Pues fíjese Sr.Olivier que discrepo de su comentario.Creo que la noche madrileña es como jugar en el Bernabeu,con mucha presión ambiental y no puedes especular con el resultado porque si lo haces pierdes.Tienes que ir al ataque y dar la sorpresa.
Sí, me parece que toca ponerse de nuevo la careta de "Luca Toni", achicar espacios, pegarse al defensa, y por qué no, encomendarse a un buen pase de esos que sólo jugadores noctámbulos y alevosos como Vd. son capaces de proporcionar a punto de cumplirse el minuto 90 de partido.
Un abrazo,*a
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